En la Casa de Campo Zen tendremos un encuentro natural y espontaneo que no estará enturbiado por suposiciones y expectativas que se interpongan entre nosotros y la realidad.
En la Casa de Campo Zen se aprende un camino practico y psicoespiritual, practico porque se asienta firmemente en el AQUI y el AHORA, y psicoespiritual porque invita a ver la ESENCIA que se oculta tras el mundo de las apariencias.
Es también práctico porque nos ayuda a vivir con espontaneidad, incluso con alegría y psicoespiritual porque nos permite ver la cualidad sagrada de cada hecho de la existencia, cuando hacemos las cosas de CIERTO MODO.
La experiencia que se vive en la Casa de Campo Zen , hace que nuestra mente y nuestro cuerpo aprendan a relajarse y a tranquilizarse profundamente y a través de la meditación se nos permite ver el mundo con más claridad, estar atentos a la experiencia que se desarrolla momento tras momento y ser más conscientes del simple milagro que es estar vivos.
En la Casa de Campo Zen nos enseñan a reconocer nuestras emociones y a apaciguar la basura emocional nociva, y en su momento, a responder a las preguntas fundamentales sobre nuestro propio ser, sobre la vida, la muerte y lo que yace más allá.
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