NOVENA
DE
NAVIDAD
2014
INTRODUCCIÓN
Todos los
años al llegar el tiempo de preparación para la Navidad, comenzamos a
elaborar, junto con las luces, los diversos adornos navideños, entre
ellos nuestro pesebre.
El pesebre, que algunos llaman nacimiento o belén,
fue ideado por el Seráfico San Francisco de Asís, quien, en la Navidad
de 1233, tres años antes de su muerte, hizo una representación en
vivo del nacimiento del Hijo de Dios, para celebrar con una solemnidad
única y extraordinaria ese hecho, habiendo obtenido previamente la
oportuna licencia del Sumo Pontífice, para evitar que su proyecto
fracasara condenado como novedad. Lejos de eso, pronto se extendió por
toda la cristiandad, popularizándose con las figuritas de los más
diversos materiales que todos conocemos, habiendo llegado hasta nosotros
a través de España, para convertirse en una de las tradiciones más
propias de nuestras tierras, esencial para el disfrute pleno de la
Navidad,Todos los años al llegar el tiempo de preparación para la
Navidad, comenzamos a elaborar, junto con las luces, los diversos
adornos navideños, entre ellos nuestro pesebre.
1. La
propuesta de esta novena navideña es armar en Familia el nacimiento
durante los nueve días antes de Navidad, meditando así cada una de las
figuras principales que aparecen en él y preparando nuestro corazón al
nacimiento del Niño Jesús, quien una vez más nos invita a hacernos
hermanos en su amor.
La
estructura que se presenta es muy sencilla, y así, en familia,
cualquiera puede organizar esta novena. Para ello, antes de comenzar la
novena es necesario tener preparado el lugar, así como la escenografía
básica (cueva, montañas, valles, ríos…) si es ese el estilo de pesebre
que se montará.
La novena se desarrollará todos los días de acuerdo con el siguiente esquema básico
2. Oración para todos los días.
3. Presentación del personaje del día.
4. Lectura Bíblica.
5. Meditación.
6. Oración final y colocación de la figura en el pesebre.
7. Despedida.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas;
Prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.
No cierres tus oídos a nuestra oración para que meditando el misterio de la encarnación, sigamos más de cerca, con Espíritu de hijos, al crucificado que ha resucitado.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
SEXTO DÍA, 21 DE DICIEMBRE:
LOS PASTORES Y LAS OVEJAS
1. Saludo y Aguinaldo inicial:
El día
de hoy queremos unirnos a todos los hombres y mujeres que tienen un corazón
sencillo, porque ellos son capaces de descubrir en medio de sus vidas las
manifestaciones de Dios. Jesús lo ha afirmado al decir: “Bienaventurados
los puros de corazón porque ellos verán a Dios”. En un momento de
silencio busquemos a Dios que se hace presente en medio de nosotros, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Oración para todos los días:
3. Presentación del personaje del día;
Los
pastores representan a los pobres del pueblo de Israel, a aquellos que tenían
su corazón puesto en el Señor y que vivían desde las necesidades de cada día
que Dios es quien salva. El rey David había sido un pastor, y Yahvé le llamó
para ser rey de Israel; los pastores del tiempo de Jesús son los primeros
llamados a descubrir al Rey de la Gloria. Este paralelo indica cómo el Reino de
Dios se manifiesta en primer lugar y se construye desde los humildes.
Escuchemos el relato del evangelio y pensemos si nos identificamos con estos
pastores.
4. Lectura Bíblica (Lc 2,15-20):
Después de que los ángeles se volvieron al
cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y
veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» Fueron
apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el
pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos
los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.
María, por su parte, guardaba todos estos
acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.
Después los pastores regresaron alabando y
glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles
se lo habían anunciado.
Palabra del Señor.
5. Meditación:
El
pobre cree y actúa según su fe, puesto que para él la esperanza está en el
Señor. Muchas veces nos llenamos de tantas cosas que dejamos de ser pobres y
comenzamos a ser ricos en ideas, cosas, poderes… El pobre no da muchas vueltas
y se pone rápidamente en camino, a ver según lo que le ha dicho el ángel, y no
se queda con su fe, sino que la comparte con los demás.
Hay dos
partes importantes de nuestra fe: oír y ver. Necesitamos escuchar el evangelio,
creerlo y luego ir corriendo a ver, a vivirlo, a tener la experiencia de
abandonarnos en los brazos del Padre. Así, tendremos razones para alabar y
glorificar a Dios, de lo contrario, nuestras alabanzas serán vacías, sin una
base de la propia vida.
¿Creo con un corazón pobre o estoy lleno de
tantas cosas que no me permiten creer en la buena noticia de Jesucristo? ¿Vivo
realmente mi fe o está divorciada mi vida de la fe? ¿Mi alabanza a Dios surge
de la propia experiencia de la salvación? ¿Me dejo cuestionar mi forma de vivir
la fe o estoy aferrado a una fe rígida, dejando pasar de largo al Señor de la
Vida?
6. Oración final y colocación de las figuras
de los pastores y las ovejas en el pesebre:
En los
más pobres de tu pueblo, Señor, tú manifiestas la grandeza de tu amor.
Danos
un corazón pobre y humilde, como el de los pastores a quienes tus
ángeles anunciaron el nacimiento de tu Hijo; para que te
podamos reconocer en los más necesitados de nuestra historia, y, atendiendo
su clamor, imitemos tu amor.
Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
Ven a nuestras...
¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte el brazo!
Ven a nuestras...
¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto
presenta al orbe tu fragante nardo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
Lirio de los valles, Bella flor del campo.
Ven a nuestras...
¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!
Ven a nuestras...
¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Ven a nuestras...
¡Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño, da al mísero amparo!
Ven a nuestras...
¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
Ven a nuestras...
¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!
Ven a nuestras...
¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su niño vean, en tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
Ven a nuestras...
¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
Ven a nuestras...
¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!
Ven a nuestras...
¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!
7. Despedida:
El Dios
que enaltece a los humildes, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén

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