Usted notará la gran diferencia
después de haber leído las siguientes consideraciones: la mente consciente es
como el capitán que dirige su barco, dando órdenes a los hombres al cuidado de
las máquinas y a los encargados de controlar los instrumentos para el buen
funcionamiento del barco. Los técnicos y servidores situados en la sala de máquinas,
siguen las órdenes de su capitán sin saber por donde van. Llegarían a
estrellarse contra las rocas si el capitán diera órdenes erróneas.
Los hombres que están cuidando
los motores obedecen; están bajo sus órdenes puestas automáticamente en acción.
Los miembros de la tripulación no le discuten al capitán; se limitan a cumplir
las órdenes.
El capitán es el líder de su
nave, todo se acata sin rechistar.
Ahora usted se dará una idea más
clara cuando yo le diga que su mente consciente es el capitán de su barco, es
decir, de su cuerpo y de todos sus problemas, asuntos y conflictos. Su mente subconsciente recibe las
órdenes y su mente consciente las cree y acepta como verdaderas.
Cuando usted dice repetidamente:
no lo puedo comprar, su mente
subconsciente acepta
su palabra, por no estar en condiciones de comprar lo que usted no está seguro
en adquirir. Si además, dice, no puedo comprar este carro, no puedo comprarme
esa casa, no puedo hacer ese viaje a Europa, su mente subconsciente seguirá sus
órdenes, permitiéndole hacer su vida aunque le falten todas esas cosas.
Su
mente
subconsciente trabaja 24
horas al día haciendo provisiones en su beneficio, derramando, acumulando,
depositando el fruto de su pensamiento cotidiano.

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