Dia 14. Cómo Tomarlo con Calma y Disfrutar de la Vida
por
Susan Smith Jones, Ph.D.
¿Qué causa nuestra necesidad de apresurarnos? Es fácil asumir que la causa es económica: debemos producir el dinero suficiente para pagar el estilo de vida que hemos elegido. A veces, tenemos mucho qué hacer y otras, cuando no estamos ocupados, sentimos que algo anda mal.
La verdadera causa
de nuestra necesidad de apresurarnos es un estilo de vida que deja mucho por
desear. Al llenar nuestras agendas con “más”—más actividades sociales, más
comidas, más trabajo, más citas— puede que estemos tratando de llenar un vacío
interno.
Cuando diriges tu atención y energía hacia lo externo,
pierdes el sentido de maravilla, belleza y magnificencia en ti —donde la
felicidad, el gozo y la paz verdaderas se originan. Al tomar las cosas con
calma y redirigir tu energía hacia lo interior,
no solamente entrenarás a tu cerebro para que descanse, sino que llenarás ese
sentimiento de vacío con un sentimiento nuevo de ti mismo el cual, a la larga,
puede cambiar tu vida.
Uno de los mayores expertos en el cerebro es el Dr. Herbert Benson,
autor de The Relaxation Response y Your Maximum Mind. Él
desarrolló técnicas de relajación que han mejorado las vidas de un gran
número de personas. Lo que Benson llama “la respuesta de la relajación” es la habilidad del cuerpo de
entrar a un estado caracterizado por una reducción general del metabolismo y un
ritmo cardíaco disminuido.
Según Benson, este
estado de relajación también actúa como una puerta hacia una mente renovada y
una vida diferente, un sentido de estar consciente. Los cambios psicológicos
ocurren cuando estás sosegado. Cuando lo estás hay una comunicación armónica o
mayor entre los dos lados del cerebro, lo cual resulta en un
sentimiento descrito a menudo como bienestar, libertad, conexión infinita
y experiencia máxima.
Comienza
la práctica de la relajación
1. Visualiza que te
sientes relajado y sereno.
2. Relaja
progresivamente tu cuerpo, comenzando con los dedos de los pies y terminando
con la cabeza Respira despacio y profundamente y relaja completamente cada
parte de tu cuerpo. A medida que lo haces, di: “Los dedos de mis pies, mis
piernas, etc., están relajados,” hasta que lo hayas hecho con todo tu cuerpo.
Entonces, descansa por un momento en la quietud y el silencio. Escuchar música
apacible o una meditación también puede ayudarte.
3. Crea un
santuario en ti al cual puedas ir en cualquier momento, con simplemente cerrar
los ojos y desear estar allí. Tu santuario es un lugar ideal de
relación, tranquilidad, belleza, seguridad y calma. Visita tu santuario
interno varias veces a la semana, sólo por unos minutos, y saldrás de él más
relajado y sereno.
4. Mira una imagen
de un bello paisaje.
5. Respira
conscientemente. Esto es algo que el gran maestro espiritual y fundador de
“Self-Realization Fellowship”, Paramhansa Yogananda, enfatizó en todos sus
libros y lecciones de estudio en casa. Él instó a tomar unos minutos, varias
veces al día, para respirar despacio y profundamente, enfocándote en la
respiración. Esto te calmará y aliviará, y te ayudará a tomar las cosas con calma
y centrar tu atención.
6. Repite tu cita, pasaje bíblico o afirmación preferida unas cuantas
veces, despacio y con intención, prestándole toda tu atención. Una de mis
afirmaciones preferidas es: Si Puedo, Es Facil y lo Voy a Hacer.
Cultiva
la calma
Aunque estás dando
pasos positivos para sosegarte, no sientas que debes llevar tu vida en cámara
lenta. Tu meta es llegar a tu fuente interna de calma y traer esta calma a
todo lo que haces. Esta calma enfocada proporcionará claridad, riqueza y
nueva energía a tu vida.
No conozco nada más
efectivo para proporcionar relajación, calma y un paso más lento que la
meditación —dirigirte a tu interior en silencio y contemplar tu naturaleza
verdadera como Dios te creo. La calma que sientes durante esta práctica diaria
permanecerá contigo en todo lo que hagas.
Toma tiempo para
alimentar y proteger esa calma meditando con regularidad. Encontrarás que tu
vida será más gratificante, lograrás más y te divertirás más.
Paradójicamente,
tendrás más tiempo para celebrar la vida cuando incorpores la meditación a tu
vida diaria.
Toma tiempo cada
día para cultivar la calma y ofrécela a todas las personas con quienes trates.
¡Qué regalo tan maravilloso!
¡Ten
calma!
1. Levántate temprano en la mañana para
que tengas tiempo de meditar, relajarte y comenzar el día de manera
calmada. Contempla tu naturaleza verdadera.
2. Simplifica tu vida. Establece tus
prioridades. Deja ir lo innecesario.
3. Crea ratos callados
durante el día, en los cuales
puedas respirar profundamente, meditar, relajarte o simplemente no hacer nada y
solamente “ser”.
4. Pasa tiempo en la
naturaleza —en los bosques, en una playa, un parque o cualquier otro lugar natural—
por lo menos una vez a la semana. Después de la meditación, ésta es la
mejor manera de aminorar el paso, proporcionar paz a tu vida y ayudarte a
sentir calma.



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