Dia
25. Cómo Decir Adiós
Bien sea que
estemos en armonía con quienes aceptan el cambio que un final puede
traer, o con quienes encuentran difícil el dejar ir, hay una manera de decir adiós
que puede ser positiva. Puede ser hasta transformativa.
Hay cinco aspectos
del cambio
que conducen a un cambio
exitoso y cómodo. Si elegimos aceptar estos cinco aspectos, la
transición producida por un final puede ser más suave, incluir menos
sufrimiento y podemos seguir adelante con más comodidad y hasta gozo.
El primer aspecto
es darse cuenta. Necesitamos saber que un final es un cambio. Este darse cuenta incluye el
reconocimiento de que un cambio
ha ocurrido. Requiere que observemos lo que terminado y dejemos ir lo
que ya es pasado.
La percepción de un
final como un cambio
es más cómoda que anticipar y tener la expectativa de sentirlo como una
pérdida. Debemos darnos cuenta de que algo está completo, aún cuando no haya
terminado de la manera como hubiéramos deseado, o no haya sido nuestra
decisión.
El segundo aspecto
de un final exitoso es la aceptación. La aceptación es una elección.
Podemos saber que el cambio nace de
un final y que el crecimiento nace del cambio. Cuando sabemos realmente esto,
estamos en un lugar de conciencia donde podemos aceptar, en vez de negar o
resistirnos. Podemos ver el bien potencial en el cambio que un final puede
proporcionar.
El tercer aspecto
de un final exitoso es la no resistencia. La no resistencia nos permite decir
“Hágase Tu voluntad” según la sabiduría perfecta de Dios, Su tiempo perfecto,
Su orden perfecto. La no resistencia nos permite decir: “En Tus manos pongo el
resultado del final ante mí, porque sé que tú, Dios, eres sólo bien y obras en
mi vida”. La no resistencia es una expresión Hermosa de nuestra confianza, nuestra
fe y nuestra fortaleza espiritual.
Así como el darse
cuenta y la aceptación, la no resistencia es una elección. Es una elección
particularmente sabia cuando el final que enfrentamos es inevitable. Al elegir
la resistencia elegimos la lucha, la desilusión o el dolor.
Es posible lograr
la no resistencia aunque no sea un estado conocido. Tenemos que estar
dispuestos a practicarla. No tenemos que ser expertos para comenzar. Por medio
de esta práctica de la no resistencia podemos avanzar con más facilidad a
través del cambio. No tenemos que
sentirnos apresurados acerca de lo que será o que estamos siendo arrancados
forzosamente de nuestro presente por lo que está por delante.
La cuarta parte de
un final positivo es el perdón. El perdón verdadero tiene muy poco
qué ver con la persona, la relación personal o la situación que debe ser
perdonada. Tiene todo qué ver con la paz que sentimos ultimadamente a
pesar del final ante nosotros. El perdón nos libera de la esclavitud de
las circunstancias. Nos permite liberar lo que ha ocurrido, en vez de
aferrarnos a ello y a su dolor. El perdón nos permite tratar de nuevo, creer de
nuevo y amar de nuevo.
El proceso del
perdón es a menudo continuo, en vez de un acontecimiento aislado. Podemos
descubrir que necesitamos continuar perdonando más allá de un final y de un
adiós. Mientras hayamos comenzado y estemos dispuestos a logarlo, el perdón
puede proveernos una paz duradera.
Gratitud es el
quinto aspecto de un final exitoso. La gratitud también es una
elección. Podemos sentir gratitud aún cuando lo que ha terminado no es algo que
hemos elegido perder o dejar. Podemos sentir gratitud aún en esos momentos en
que no queremos decir adiós. La gratitud
verdadera no tiene condiciones ni exige promesas ni garantías. Es la
expresión natural de uno de nuestros dones espirituales. La gratitud es el
vástago del amor.
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