Dia 7.
Cómo Fomentar la Salud
por Susan Smith Jones, Ph.D.
A
veces solamente necesitamos una guía leve y recordatorios diarios para invitar
más vitalidad a nuestros cuerpos y nuestras vidas. He aquí once sugerencias
claves que al ser incorporadas, pueden hacer una gran diferencia en tu vida.
Revisa cuáles puedes incorporar hoy.
1.
Toma tiempo para nutrir tu cuerpo y alma con una dieta balanceada de alimentos
naturales y saludables. Elige una variedad
de alimentos coloridos tan cerca como posible a su estado natural. Varía tu
dieta diariamente y esfuérzate por que ésta sea cuando menos 50 por ciento
fresca. Alimentos naturales aumentan energía, restauran juventud y vitalidad y
promueven salud radiante.
2.
Toma cuando menos ocho vasos de agua diariamente. La
falta de humedad en la piel produce arrugas de la misma manera que la falta de
humedad en las uvas crea pasas. El tomar suficiente agua es necesario para
lubricar las coyunturas, alimentar las células y mantener la piel —que por el
medio ambiente pierde humedad constantemente— limpia, suave y juvenil. Agua
pura fomenta la vitalidad.
3.
Come solamente lo necesario y nunca después de obscurecer (dos o tres horas
antes de la hora de dormir). Consumir comidas
pequeñas frecuentemente durante el día —cada dos o tres horas— ayuda al
metabolismo, estabiliza el azúcar en la sangre, reduce el colesterol y los
hábitos dañinos de comer en exceso. Es importante planear tus alimentos para
así no sentir que te mueres de hambre.
4.
Haz ejercicio regularmente. Establece un
equilibrio entre actividades aeróbicas, de balance y de vigor. Haz que este programa
sea una prioridad en tu vida —una actividad no negociable y comprométete a
ello. No existe algo que te beneficie más en términos de ser feliz, saludable y
vibrante que un programa de ejercicio. Cuando te sea posible, haz ejercicio
afuera, en un ambiente natural y bello.
5.
Duerme bien. Duerme por lo menos siete u ocho horas diariamente.
No dormir bien atrae muchos problemas de salud incluyendo arrugas, depresión,
aumento de peso, envejecimiento prematuro, bajo o no libido, formación de
toxinas, irritabilidad, impaciencia, pérdida de memoria, accidentes y
dificultades con relaciones personales. Evita ver noticias a la hora de dormir.
Que tu cuarto sea un santuario de descanso y tranquilidad. Pon gotas de aceite
de lavanda en tu almohada (para ayudarte a sentir calma).
6.
Simplifica tu vida. Al hacerlo, tu alegría y
entusiasmo por la vida aumentarán. La simplificación es un proceso poderoso que
no consiste necesariamente en limitar actividades sino en despejar tu vida.
Pon tu energía en actividades que disfrutas y que te dan alegría.
Actividades, cosas materiales y relaciones personales que no son para tu bien
son consumidores de energía. Haz un inventario, tener una vida sencilla te
permite vivir plena y profundamente.
7.
Vive en el presente. No pierdas tiempo comparando
el presente con el pasado. Cada paso que das lo haces sobre tierra sagrada.
Cada momento está saturado de maravillas y milagros. Cuando estás atrapado en
el pasado, te es imposible vivir completamente en el presente y prestar
atención a lo que ocurre a tu alrededor. En lugar de vivir con planes continuos
para el futuro, concéntrate en el presente —en vivir un día a la vez. Convive
con la naturaleza tanto como puedas, esto te ayudará a alimentar tu alma. Busca
ver y experimentar milagros diariamente.
8.
Invita al niño interior a que salga a jugar. Muchos
buscamos la “fuente de la juventud”, el secreto que nos permita vivir una vida
larga y saludable. Aunque el comer adecuadamente, tomar vitaminas y hacer
ejercicios son importantes y tienen su lugar en el rejuvenecer el cuerpo, mente
y espíritu, yo creo que el verdadero secreto yace en nuestra actitud, nuestros
pensamientos y en cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.
Decide estar atento a todo lo que te rodea. Pon intención, participa plenamente
en la vida. Mantén entusiasmo al hacer tus tareas diarias.
9.
Comunica claramente tus pensamientos y sentimientos con tus compañeros de
trabajo, amistades y seres queridos. Recuerda que todos
anhelamos lo mismo: respeto, generosidad, aprecio y amor. Mantén la regla de
oro como un contrato vigente en tu vida y trata a los demás del mismo modo cómo
deseas ser tratado. En silencio, bendice diariamente a todos aquellos en tu
vida.
10.
Eleva tu visión. Mira lo mejor en todo y en
todos. Si enfrentas un desafío, manéjalo con vigor, equilibrio y, al mismo
tiempo, encuentra oportunidades para reír y sonreír. Ambas actividades afirman
tus músculos faciales y reducen el estrés. La risa es el elixir de la vida y la
sonrisa el del alma. Cultiva una actitud de alegría y gratitud. Una de mis
maneras favoritas de mantener una actitud positiva y una visión elevada es
leyendo La Palabra Diaria. Ésta ha sido mi práctica sagrada por
más de cuarenta años.
11.
Ámate a ti mismo y vive tranquilo. ¿Qué evidencia más
grande podemos tener de fuerza espiritual que la paz mental y un corazón
amoroso? ¡Sueña abundancia de todo lo bueno! Di “sí” al cumplimiento de tus sueños. Permanece
consciente de que mereces lo mejor. ¡Celébrate a ti mismo y celebra la vida!



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