MIÉRCOLES, 13 DE DICIEMBRE
DEL 2017
La Paz de la Navidad
por Elaine Meyer
Reconozco y acepto la esencia de Dios, que es paz.
De seguro que era una imagen de paz —el pesebre con un recién nacido amorosamente acurrucado mientras
su mamá y otros testigos lo miraban. El nacimiento del Cristo Niño anunciaba la
llegada de la paz, la
esperanza, la alegría y el amor.
La paz y la
maravilla de la temporada navideña viven en nuestros corazones
durante todo el año, porque la Navidad es
un estado mental y del ser. Podemos mantener ese espíritu vivo al dar, recibir
y generar paz. El
Espíritu en nuestro interior nos asegura que la paz va donde quiera que vayamos porque somos uno con la esencia de
Cristo, uno con toda la creación y uno con el YO SOY. La Navidad nos brinda la oportunidad de expresar los seres gloriosos y
espirituales que somos, compartiendo amor, paz, fe, esperanza y gozo los unos con los otros.
Donde quiera que estemos y quienes quiera que seamos,
contemplemos la luz divina
mutuamente. Cuando lo hacemos, creamos paz. Nuestra luz sagrada
de bondad brilla en todo lo que pensamos, decimos y hacemos. En esta temporada
del Adviento y
más allá, deseo que experimentes la paz en
tu corazón. Que siempre tengas una mano para dar, una sonrisa para compartir, maravillas
que contemplar, gozo para vivir y tiempo para dar gracias.
¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que
gozan de su favor!—Lucas 2:14
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