DÍA CUARTO
Martes 19 de diciembreel amor de Dios
1. VILLANCICO
2. SALUDO TRINITARIO: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
3. MOTIVACIÓN: En
este cuarto día de la novena que nos prepara para la celebración de la Navidad;
asumamos la tarea de ser Buena Noticia para todos los hombres de buena
voluntad.
4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Benignísimo Dios, Padre de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen naciese en un pesebre para nuestra salvación.
Ayuda a todos los miembros de la Iglesia a tomar conciencia de que la misión y trabajo por la paz en Colombia es una tarea permanente de aquellos que siguen a Jesús, porque hemos sido enviados a predicar el Evangelio de la Paz a todos los hombres de buena voluntad.
Concédenos Padre, que podamos acoger a tu Hijo Jesús, con la sencillez de los pastores, con la alegría de María, con la humildad de san José, con la perseverancia de los reyes magos, con la fidelidad de los ángeles, con el gozo de los que buscan la paz, con el amor de tantos niños, jóvenes y adultos que lo han recibido a lo largo de los siglos.
Te pedimos que infundas de nuevo en nosotros el Espíritu de Jesús Resucitado, para que podamos proclamar con fidelidad y alegría el Evangelio de la ternura de Dios en esta Navidad, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Todos: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
5. SIGNO CELEBRATIVO:
La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir.
6. ILUMINACIÓN BÍBLICA: Lucas
1,5-25. En tiempo de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado
Zacarías, del grupo de Abías; su mujer era descendiente de Aarón y se llamaba
Isabel.
Los dos eran rectos a los ojos de
Dios y vivían irreprochablemente de acuerdo con los mandatos y preceptos del
Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos eran de edad
avanzada.
Una vez que, con los de su grupo,
oficiaba ante Dios, según el ritual sacerdotal, le tocó entrar en el santuario
para ofrecer incienso.
Mientras todo el pueblo quedaba fuera
orando durante la ofrenda del incienso, se le apareció un ángel del Señor, de
pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se asustó y quedó
desconcertado.
El ángel le dijo: —No temas,
Zacarías, que tu petición ha
sido escuchada, y tu mujer Isabel
te dará un hijo, a quien llamarás Juan. Te llenará de gozo y alegría y muchos
se alegrarán de su nacimiento.
Será grande a los ojos del Señor;
no beberá vino ni licor.
Estará lleno de Espíritu Santo
desde el vientre materno y convertirá a muchos israelitas al Señor su Dios. Irá
por delante, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres
con los hijos, a los rebeldes con la sabiduría de los honrados; así preparará
para el Señor un pueblo bien dispuesto.
Zacarías respondió al ángel: —
¿Qué garantía me das de eso?
Porque yo soy anciano y mi mujer
de edad avanzada. Le replicó el ángel: —Yo soy Gabriel, que sirvo a Dios en su
presencia: me ha enviado a hablarte, a darte esta Buena Noticia. Pero mira,
quedarás mudo y sin poder hablar hasta que eso se cumpla, por no haber creído
mis palabras que se cumplirán a su debido tiempo.
El pueblo aguardaba a Zacarías y se
extrañaba de que se demorase en el santuario. Cuando salió, no podía hablar, y
ellos adivinaron que había tenido una visión en el santuario. Él les hacía
señas y seguía mudo. Cuando terminó el tiempo de su servicio, volvió a casa.
Algún tiempo después concibió Isabel su mujer, y se quedó escondida cinco
meses, en ese tiempo pensaba: —Así me ha tratado el Señor cuando dispuso que
terminara mi humillación pública.
Proclamador: Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti Señor Jesús.
7. REFLEXIÓN: Los últimos, los
humildes, como los pastores, recibieron al niñito. “Los pastores fueron los
primeros que vieron esta “tienda”, que recibieron el anuncio del nacimiento de
Jesús. Fueron los primeros porque eran de los últimos, de los marginados. Y fueron
los primeros porque estaban en vela aquella noche, guardando su rebaño. Es
condición del peregrino velar, y ellos estaban en vela. Con ellos nos quedamos
ante el Niño, nos quedamos en silencio. Con ellos damos gracias al Señor por
habernos dado a Jesús, y con ellos, desde dentro
de nuestro corazón, alabamos su fidelidad: Te bendecimos, Señor, Dios Altísimo,
que te has despojado de tu rango por nosotros. Tú eres inmenso, y te has hecho pequeño;
eres rico, y te has hecho pobre; eres omnipotente, y te has hecho débil” (El
Papa Francisco).
8. GOZOS Y ORACIÓN AL NIÑO JESÚS

Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte el brazo!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto
presenta al orbe tu fragante nardo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
Lirio de los valles, Bella flor del campo.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño, da al mísero amparo!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su niño vean, en tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!
Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
ORACIÓN AL NIÑO JESÚS

¡Divino Niño Jesús! Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu paz y reconciliación en nuestras familias y nuestras comunidades. Navidad es la certeza de que el Dios del cielo nos ha amado tanto, porque tú, Divino Niño, eres fuente de vida eterna, de amor y de paz.
Que esta reunión familiar junto al pesebre nos permita celebrar tu nacimiento para adorarte, nos mueva a dar testimonio compartiendo la fe para que sea grande, siendo solidarios, tendiendo la mano a los hermanos necesitados, viviendo unidos y orando en familia, amando nuestra patria,
para que así venga a nosotros tu reino y vivamos el gozo de la paz.
Ven, Señor y no tardes, ayúdanos a responder al llamado que nos has hecho para predicar a toda la humanidad tu Evangelio y te podamos encontrar en la calle y en la acción de un nuevo rumbo por la paz.
Amén.
Lector: Divino Niño Jesús.
Todos: Bendícenos con tu amor.
9. PROPÓSITO: Aunemos esfuerzos y
políticas claras frente al fenómeno del narcotráfico y la drogadicción. Se
deben encontrar soluciones para las problemáticas sociales en que están
involucrados cultivadores, traficantes y consumidores.
10. ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA Y ORACIÓN A SAN JOSÉ
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Soberana María, Madre de Jesús y Madre nuestra, que confiaste sin reservas en Dios nuestro Padre, ayúdanos a obtener el espíritu de disponibilidad para recibir la Palabra del Señor; y renovar la fe en tu Hijo Jesús, viviéndola en comunidad con actitudes de verdad y reconciliación para alcanzar la paz entre los colombianos.
Acompaña con tu amor maternal a la Iglesia, sigue siendo la protectora de nuestra comunidad parroquial, y en especial te encomendamos nuestros hogares, para que a ejemplo del hogar de Nazaret sean más santos y surjan en ellos vocaciones sacerdotales, religiosas y de agentes pastorales laicos para que sean enviados a predicar el Evangelio, a fin de construir juntos la paz en nuestro país.
María, Madre de la Iglesia, haz que celebremos la Navidad con alegría, sencillez y amor, como tú la viviste unida a tu esposo san José. Amén.
Todos: Dios te salve María…
ORACIÓN A SAN JOSÉ

San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para ser la amable presencia del Padre Celestial en el hogar de Nazaret. Acompaña a los padres de familia para que en el respeto, en el amor y en unión con sus esposas cumplan la responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles los valores del Evangelio y lo mejor de sí mismos en el trabajo por la paz.
Ayuda a los niños y jóvenes a amar, respetar, comprender y obedecer a sus padres, a valorar y agradecer todos sus esfuerzos. Consigue de Jesús, para las familias, el amor, la unidad, el pan, el techo y la paz, e intercede por nuestra comunidad eclesial en Colombia, para que crezca en la fe y sea instrumento de paz. Amén.
Lector: San José, patrono de la Iglesia universal.
Todos: Ruega por nosotros.
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